jueves, 17 de diciembre de 2015

LA HIPERTROFIA DEL CABEZÓN PRESIDENCIAL


En España e Inglaterra, y en los demás regímenes de monarquía constitucional, el jefe del Estado es el rey o la reina, según sea el caso, mientras que  un presidente o primer ministro es el jefe de gobierno. En los regímenes republicanos el jefe del Estado y del gobierno recae en una misma persona. !Tremenda vaina! Los presidentes latinoamericanos, ubicándonos en nuestro ámbito natural y político, son más poderosos que los reyes.

Algunos  pocos países, entre ellos Uruguay, les ha ido bastante bien con sus presidentes en los últimos tiempos, y han logrado notables avances sociales, políticos y económicos apoyados en instituciones fuertes y una real separación de poderes.

En la mayoría de los países, incluso los que hace poco eran ejemplos a seguir, entre ellos Brasil y Chile, y los más próximos a nuestra geografía, y socios económicos, como son los casos de El Salvador, Guatemala y Panamá, el  tráfico de influencia y los escándalos de corrupción constituyen el pan nuestro de cada día, y causa de la caída en descrédito de varios ex presidentes.

Las dos únicas alternativas  efectivas para evitar que la articulación de estructuras mafiosas se enquiste en los órganos del Estado son la prevención y el castigo drástico oportuno ante el menor asomo de corrupción.

Mientras menos sea la cantidad de dinero que discrecionalmente pueda administrar un funcionario, menor será la cantidad de dinero que puede desviar hacia sus bolsillos, y cuando se detecta una acto de corrupción, la sanción efectiva, para que resulte disuasiva, debe ser rápida e incluir la incautación de todos los bienes del autor, incluyendo aquellos que sean de un patrimonio anterior al acto de corrupción comprobado. Posiblemente el funcionario cleptómano lo pensara dos veces antes de cometer un acto de corrupción, si está exponiendo lo bien habido.

El único país “inmune”  a la corrupción administrativa es  República Dominicana, donde la corrupción rampante cuenta con impunidad garantizada, pues resulta que el poder político controla el poder judicial, y ha elaborado un sofisticado esquema de distribución de expedientes y selección de jueces para que los casos de corrupción lleguen a una jurisdicción integrada por comisarios políticos, en la que el sistema, adrede, para guardar las apariencias, designa una o dos jueces independientes, pero siempre en minoría.

El juego de la corrupción, si hay cinco jueces, termina 3 a 2 o 4 a 1 a favor del funcionario corrupto, que ve su fortuna mal habida bendecida por un  “no ha lugar”  o un archivo definitivo, sin importar que se haya robado 130 millones de dólares de un prestamos camuflado con el nombre “Notas Promisorias’, como el archiconocido Caso Sun Land.

El Estado Dominicano es pródigo en la creación de órganos para lidiar con los problemas de cada día, en ocasiones, como en el caso de transporte, se han creado 10 organismos y ninguno ha dado pie con bola, aunque todos, de alguna manera, han servido para enriquecer a unos cuantos favoritos del poder de turno.

El suicidio de un joven arquitecto, hace unos días, víctima de la extorsión oficial, ha venido a poner la tapa al pomo, pues el suicida escogió una oficina pública, dependiente de la Presidencia de la República, para pegarse un tiro en la cabeza.
Resulta que el Ministerio de Obras Publicas, organismo que cuenta con un Departamento de Supervisión de Obras Publicas, tiene un rival creado por el Poder Ejecutivo, con el nombre de Organismo  de Ingenieros Supervisores  de Obras del Estad (OISOE), que hace lo mismo que el Ministerio de Obras Publicas, pero que depende directamente del Presidente.

La OISOE construye obras públicas y se supervisa así mismo, y no tiene que rendir cuentas a nadie, pues en la República Dominicana al Presidente de la República  no se le pide cuentas, y el órgano que lo audita, la Cámara de Cuentas, está integrada por personas escogidas por el Presidente.

 Si la Cámara de Cuentas detecta una anomalía relacionada con distracción de fondos públicos que de alguna manera comprometa la responsabilidad del Presidente  de la República o sus dependencias, la misma Cámara se encarga de borrar las faltas y preparar un nuevo informe, en ocasiones contrario a que días antes había colgado  en su página web.

Tenemos en la República Dominicana un Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, al cual  el Estado no le otorga los recursos necesarios para garantizar precariamente la salud pública, y en cuanto al Bienestar Social, la Presidencia de la República creó una dependencia de la presidencia que administra políticamente los subsidios sociales, a través de programas con nombres sugestivos tales como Comer es Primero.

El dinero para el bienestar social proveniente de los fondos públicos, cubre el costo de la clientela política de los bajos estratos, que para no perder la prebenda se ha convertido en un activista prisionero, obligado a la militancia activa, que en tiempos de elecciones sale a la calle a tocar puertas, pidiendo sufragar por el gobierno para conservar su derecho a Comer es Primero,  cuyo aporte equivale a menos de 20 dólares mensuales, y que apenas da para cubrir el costo de un almuerzo de mala muerte.

Más de un millón de activistas pagados con fondos públicos, amarrados por un pírrico subsidio social, que el día de las elecciones coparan todos los centros de votación, cubiertos de propaganda política favor del partido oficial, dispuesto a matarse con cualquiera para defender su boronita.

Lo mismo pasa con el Ministerio de Agricultura, cuyo presupuesto ha sido drásticamente reducido, y asignado a la Presidencia de la República en el gobierno de Danilo Medina, que usa esos fondos para promoverse demagógicamente entre comunidades campesinas incapaces siquiera de cerciorarse de las causas de su exclusión social. A ese programa de promoción agrícola, que no ha servido para incrementar la producción de rubros para la canasta básica,  se le llama Visitas Sorpresas.

De manera que la cabeza del presidente, además de los problemas de Estado, principalmente los causados por la mafia que administra los recursos haitianos, se le ha sumado las funciones concernientes al ministerio de Obras Publicas, Salud Pública y Bienestar Social, Agricultura y Transporte.  

Contamos hasta con un órgano sui generis, no creado por ninguna ley, al que se le suministran cuantiosos recursos provenientes del fisco: El Despacho de la Primera Dama… que es, por supuesto, la primera base del Presidente de la República, como se le ha venido a denominar a la señora esposa de un funcionario  cuando se descubre la infidelidad del marido. A propósito, Juan Taveras Hernandez (Juan TH), un acucioso periodista dominicano, atribuye a una amante del Presidente de la República ser la persona que preside la estructura mafiosa enquistada en la OISOE.  Hasta el momento no ha sido desmentido.

El cabezón del presidente dominicano se ha hipertrofiado, y el cuerpo, formado por un pueblo escuálido, al que cargan de impuestos cada vez que el gobierno necesita dinero, ya no tiene capacidad para sostenerlo

El precio de la “democracia a la dominicana”  es muy caro,  y en ocasiones  se paga con la muerte, que se ha llevado más de 20 ingenieros suicidas, impotentes ante la extorsión de que fueron objetos, y en lo que va del 2015  ha exterminado a mas de 100  personas, la mayoría infantes, a causa del dengue, que un gobierno cabezón es incapaz de contener, simplemente porque su prioridad no es el pueblo, sino el dinero que puede succionar “legalmente” de los fondos públicos.


Las iniciativas legislativas para
adecentar la actividad política, entre ellas la Ley Electoral y la Ley de Partidos, tienen más de un década en agenda, y todos los años perimen por falta de interés de los principales actores, en un sistema social y democrático de derecho, según la Constitución, en el cual hasta el derecho a ser elegido para un cargo público de elección popular ha sido secuestrado, y  cuyo secuestro tiene un ideólogo: El hipertrofiado cabezón presidencial.

Mientras tanto, el derecho a disentir se paga con la muerte económica, pues al disidente que opina le están vedadas las oportunidades que promete el Estado  para favorecer el desarrollo integral del individuo. Simultáneamente, para justificar el alocado endeudamiento publico, la Presidencia de la República elabora presupuestos deficitarios, desbordando los limites de la racionalidad.

Increiblemente, según  empresa  encuestadora , el presidente mejor valorado de la región latinoamericana y caribeña, es el dominicano,  a pesar de que el dominicano carece de servicios confiables de agua potable y energía eléctrica, su indice de desarrollo humano se ha mantenido estancado en la ultima década, tiene el peor sistema de educación publica del mundo,  el sistema de salud no funciona para los pobres y los magros salarios permanecen estancados (excepto el de los jueces de las altas cortes y los ministros) y  en los últimos cinco años perdió el 30% de su poder de compra... y para colmos, la Policía Nacional se ha convertido en un órgano represivo al servicio del poder político, prestos a caerle a garrotazos a cualquier grupo de pacíficos ciudadanos que se atreva a protestar contra el gobierno.

Por ello, constituye un imperativo vital cercenar  legalmente el hipertrofiado cabezón presidencial, o de lo contrario los asuntos de Estado, sobre todo los que conciernen al bienestar colectivo permanecerán como una quimera inalcanzable, pues los recursos públicos, en los gobiernos medularmente corruptos, como lo es el dominicano, siempre serám insuficientes para satisfacer   la ambición desmedida de una clase política que antepone su interés personal a la salud de la patria y que ha convertido la corrupción rampante en su pasatiempo favorito. 

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