Todos los martes, durante los últimos siete años, personas que militan o simpatizan con el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), socializan sus inquietudes o pasan balance a la situación política del país junto a Hatuey Decamps Jiménez, Rafael Gamundi Cordero, Dionisio Soldevillla, y otros valiosos dirigentes socialdemócratas que se mantienen aferrados a sus convicciones.
El PRSD es el único partido emergente que ha participado en las últimas tres elecciones con candidatos propios y ha logrado mantener su personería jurídica, lo que constituye un logro significativo, pues en ese lapso han desaparecido varias organizaciones y las minoritarias que mantienen su personería han participado aliadas al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) o al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
En las últimas elecciones municipales y congresionales el PRSC obtuvo 11 cargos de elección popular, y aunque no se trata de una cantidad significativa, adquiere relevancia porque la inversión de los recursos económicos fue muy reducida, en comparación con otros partidos.
El PRSD nació como respuesta a la contrarreforma constitucional del año 2000, que permitió a Hipólito Mejía respostularse para un nuevo período presidencial. Ni antes ni ahora, el PRSD, tenía vocación para convertirse en un partido de masas, pues esa no fue la intención de sus fundadores, que crearon un reducto para los perredeistas identificados con la reforma constitucional del 1994, cuya sustancia constituía el legado político del Dr. Pena Gómez al pueblo dominicano, que aunque fue cercenado temporalmente, fue restaurado en la Constitución del 2010. De manera que el devenir histórico se ha encargado de otorgar la razón a Hatuey Decamps y los demás dirigentes socialdemócratas que le siguen.
Contrario a los demás partidos del sistema, el PRSD, por sus hechos, ha demostrado que no es una franquicia para perseguir cargos o prebendas en la administración pública, ni para alimentarse, como un pez rémora, de las sobras que caen de las fauces del tiburón, y por eso los dirigentes del PRSC, orientados por su presidente, Lic. Hatuey Decamps, no han participado en los festines donde se descuartiza la res pública. Si alguien ha sido reiterativo y enfático en denunciar la corrupción rampante que caracteriza al gobierno que dirige Leonel Fernández, ese es Hatuey Decamps, quien, demócrata convencido, ha advertido del enorme daño que le está haciendo al sistema político dominicana el enorme poder, prácticamente ilimitado, que detenta el presidente de Leonel Fernández.
Ya ese daño quedó plasmado en la conformación de las altas cortes, y en la destitución inscontitucional de varios jueces de la Suprema Corte de Justicia.
Más reciente aún, el pacto suscrito para superar el impasse que se produjo en la Junta Central Electoral, es una muestra más de que por encima de las instituciones, la sensatez, la racionalidad y el interés nacional, se encuentra la voluntad omnímoda del señor Presidente. Se proyecta la idea de que aquí sólo se resuelven los entuertos cuando lo quiere Leonel Fernandez, y sencillamente se le hace un flaco servicio a la de por sí débil institucionalidad dominicana. Ahora mismo no existe un estamento de poder donde se pueda tomar una decisión si antes no se consulta a Leonel Fernández, y éste da su visto bueno. La cacareada independencia de los poderes del Estado desapareció por completo, y los incumbentes del Judicial y el Legislativo están subordinados umbilicalmente a Leonel Fernández. Sin su autorización, ni siquiera respiran. En escenarios tan opresivos, personas del carácter, la independencia y la firmeza de Hatuey son imprescindibles.
La reacción de Leonel Fernández ante las denuncias que venían publicándose en el periódico digital Siglo XXI, ordenando al Procurador de la República utilizar la fuerza pública para irrumpir en las oficinas y lugares de residencia o veraneo del periodista Guillermo Gómez, es una advertencia de lo que le espera al pueblo dominicano antes y después de las elecciones del 20 de mayo.
Algunos de los dirigentes perredeistas que acompañaron al Lic. Hatuey Decamps en la fundación del PRSD han vuelto a su partido, pero la mayoría, entre los que hay figuras emblemáticas como Rafael Gamundi Cordero y Amadeo Lorenzo, se mantienen firmes, activos y con muybuena disposición de ánimo para lanzarse a la arena política.
A medida que la campaña electoral ha ido desarrollándose, y que cada uno de los principales aspirantes a la presidencia de la República conoce sus puntos fuertes y sus puntos débiles, la inteligencia de los principales candidatos se ha dado a la tarea de contactar figuras públicas de cierta connotación, y en esta oportunidad parece que no se quedará nadie sin asumir compromiso político militante. Escritores, deportistas, músicos, cantantes, locutores, periodistas, ex funcionarios y cuantas personas tienen alguna participación social de cierta trascendencia, han sido cooptados por las organizaciones, y aunque en la mayoría de sus casos su participación es efímera y no trascienda al acto de juramentación, por lo menos sirven para llenar el día a día, pues en nuestro país, si en el transcurso de una campaña electoral un candidato deja de sonar un día, se interpreta como una señal inequívoca de decadencia.
Todos los protagonistas del momento político quieren el apoyo de Hatuey Decamps, ¿por qué? Contrario a muchos dirigentes connotados que son olvidados cuando se retiran de la palestra pública, el Lic. Decamps Jiménez mantiene su vigencia política, aún sin proponérselo. Cuando un programa de panel está perdiendo el favor del público, busca al político social demócrata para subir su rating. El tiene su magia, y como nadie ha podido comprarlo, lo respetan. Si los políticos supieran los beneficios que obtienen cuando se aferran a sus principios, y los defienden a ultranza, aquí la institucionalidad hubiera echado raíces, pues las instituciones no se construyen con teorías y leyes, como hemos pretendido nosotros, sino con personas de carne y hueso que se aferren a sus convicciones.
Los medios informativos están al acecho de cada paso que da Decamps, y ni las megadivas tienen detras tantos paparazzis. Escuché a unos avezados periodistas hablar de Hatuey, y le reconocían un sensible olfato político y un desarrollado sentido de la oportunidad; incluso destacaron que sin dirigir una organización cuantitativamente significativa, cada vez que lo desea se adueña de primeras planas.
Hatuey ha demostrado con creces que es un hombre de armas tomar, que no evade compromisos ni rehuye responsabilidades, y que en momentos cruciales prefiere colocarse en primera fila. Como, a pesar de lo que digan las encuestas, el margen entre los candidatos tiende a estrecharse, es posible que arribemos al 20 de mayo sin una clara definición, y que el poder se dispute voto a voto, o que los poderes fácticos y la línea dura del PLD maniobren para retener el poder fraudulentamente. ¡ Ese es el terreno de Decamps!
Aparentemente Hatuey Decamps vislumbró la posibilidad de una tercera vía, y aunque no con mucha insistencia, dejó entrever su disposición a concurrir al certamen electoral del 20 de mayo junto a las fuerzas que mas o menos se identifican con posiciones de izquierda; constituir un frente junto a Max Puig, Guillermo Moreno, Julián Serrulle, Eduardo Estrella e Ismael Díaz era casi una utopía; de todos, el de mayor aceptación en el electorado, en estos momentos, es el Dr. Moreno, que tiene un proyecto a largo plazo, y no va a desperdiciar la oportunidad de promocionar sus propuestas, y que por ese motivo, sólo aceptaría asociarse a las demás fuerzas es él quien personifique la alianza.
Una tercera vía fuerte, que atraiga por lo menos un 10% del electorado, podría forzar a una segunda vuelta, pero hasta ahora los resultados de las encuestas y lo que percibimos los que estamos en contacto con el pueblo, es que todos juntos, esos partidos no suman el 5% del electorado. Hasta ahora lo más prudente es aceptar que la victoria se va a decidir en la primera vuelta, y que estamos presenciando un fenómeno que incidirá significativamente en el proceso electoral del 2016, cuando habrá posibilidades de reconquistar los espacios democráticos que la ambición absolutista de Leonel Fernández ha demolido, y la irrupción en el escenario político de la juventud que ya comenzó a dar señales de inconformidad con el sistema asuma roles protagónicos.
Consciente de esa realidad, el congreso del PRSD eligió a Lic. Hatuey Decamps Jiménez como su candidato presidencial, y le otorgó poderes para negociar con otras fuerzas políticas. Aunque la casi totalidad de los integrantes del PRSD se han manifestado, pública y privadamente, a favor de una alianza con el PRD, por la intensa fidelidad que le profesan sus seguidores, si Hatuey Decamps se presenta como candidato la militancia del partido le será leal y muchos dominicanos que permanecen indecisos podrían inclinarse a su favor. Donde no se sumarán los votos del PRSD en estas elecciones es al PLD.
Los votos de Hatuey Decamps nunca han sido contados, pues todavía no ha aparecido en una boleta electoral como candidato presidencial. No obstante, si a una semana de anunciar su candidatura una encuesta fiable le otorga un 1%, superando a candidatos que tienen cuatro y ocho años promoviendo sus aspiraciones, es de inferir que si la dirección del PRSD hubiera, después de la derrota de Eduardo Estrella, candidato del PRSD en el 2008, a proyectar una opción propia en la persona de Decamps, en estos momentos estaría en una buena posición.
Como Hatuey no se desespera, ya lo ha demostrado con creces, y su presencia no está supeditada a la ostentación de un cargo público, consciente de que los cientos de dirigentes que permanecen fieles a su liderazgo ya han sumado sus hijos y sus nietos a su causa, inferimos que tiene su mira puesta en el 2016, y que cualquier decisión que adopte tendrá como objetivo el fortalecimiento cuantitativo y cualitativo del Partido Revolucionario Dominicano.
Las fuerzas que están interesadas en pactar con Hatuey Decamps Jiménez deben tener presente esos detalles; Decamps es un estadista, no un buscador de cargos o prebendas. Nadie lo va a sumar a su causa si no es capaz de demostrarle las conveniencias que derivará de esa alianza el pueblo dominicano y el PRSD, en la persona de quienes le han sido incondicionales.
Hatuey es un diestro polemista, y aunque a veces es emotivo, nunca pierde los estribos, y mantiene su mente fría, aún en el calor de los debates más apasionados, como lo demostró tras las elecciones del 1978, en sus enfrentamientos con Vincho Castillo.
No obstante, a pesar de que es un litigante por naturaleza, el Hatuey político es concertador, y muy creativo, según se manifestó durante el cisma perredeista, que enfrentó al Dr. Peña Gómez y al Lic. Majluta, y que dió origen al Partido Revolucionario Independiente (PRI) y al Bloque Socialista Institucional (BIS), pues de su puño y letra surgió la propuesta acogida por los adversarios.
Si el Dr. Peña Gómez hubiera hecho caso a sus consejos el país se habría economizado varias crisis, y el desarrollo de los acontecimientos políticos habría seguido otro curso, pues cuando el PRI se dio cuenta de que no sería opción de poder sus principales dirigientes regresaron al PRD, y fueron acogidos como si nada hubiera pasado, ocupando altos cargos en la dirección partido, y en en el 1994, cuando las fuerzas se polarizaron entre el Dr. Peña Gómez y el Dr. Joaquín Balaguer, para compactar la familia perredeista sólo faltaba atraer a Jacobo Majluta, y éste aceptó, con el beneplácito de la dirigencia del PRD, ser el candidato a la Senaduria del Distrito Nacional, tal como lo aprobó la Comisión Política. No obstante, Peña se dejó persuadir y desconoció el pacto. Cuando la JCE emitió su último boletín electoral para las elecciones del 16 de mayo del 1994, el Partido Reformista Social Cristiano le llevaba al PRD 22 mil 881 votos; el PRI de Jacobo obtuvo 68 mil 910 votos. Esa simple alianza, de la que fue partidario Hatuey Decamps, habría influido en el resto del porvenir dominicano, y nos hubieramos liberado de tener que soportar, impotentes, las construcción del absolutismo leonelista.
Hatuey le da importancia a las alianzas, pues es un convencido de que en política no hay enemigos pequeños, y que mientras más aliados se conquisten más posibilidades hay de llegar al poder. En el PRD, él era el gran concertador, la persona asequible para la derecha y para la izquierda, y en la concertación del arcoiris político que hizo coincidir a fuerzas ideológicamente antagónicas y hasta ese momento irreconciliables, como lo eran el Partido Quisqueyano Demócrata y el Movimiento Popular Dominicano, que parieron el Acuerdo de Santiago (1974) y el Acuerdo de Santo Domingo (1978), él jugó un rol estelar.
La vida es una caja de pandora, y en política, sobre todo en República Dominicana, sucede lo que no ocurre en ninguna otra sociedad; ¿quién iba a imaginar que Taína Gautreaux se pondría abandonaría a Danilo Medina y 35 años de militancia en el PLD para colocarse al lado deHipólito Mejía, o que el ex general Zorrilla Ozuna, elevado Hipólito Mejía a la jefatura de las Ejército Nacional, lo abandonaría para colocarse al lado de Danilo?
Pero hasta para esa aparente dicotomía la racionalidad tiene respuestas lógicas, y el Lic. Hatuey Decamps, tiene respuestas. El conversó larga y pausadamente con Taína. Conoció de primera mano y de fuente idónea las interioridades del gobierno de Leonel Fernández. Taína declaró que los funcionarios del gobierno de Leonel Fernández tendrán que responder ante la justicia el orígen de sus fortunas. Los llamó ladrones. Llamó ladrones a los compañeros con quienes compartió estrechamente durante 35 años. Y esos funcionarios señalados por Taína Gautreaux son precisamente quienes impusieron la candidatura presidencial de Margarita Cedeño y quienes llevan la voz cantante en la campaña del candidato oficialista... y por consiguiente, cualquiera que se asocie a Danilo sabe que tendrá que cargar con la corrupción leonelista.
Hatuey también sostuvo una larga conversación con el general Soto Jiménez, un intelectual de fuste, miembro de la Academia Dominicana de la Historia y un hombre que mantiene vínculos de amistad estrechos con la mayoría de los oficiales de las Fuerzas Armadas. Soto Jiménez se dedicó en cuerpo y alma a construir una estructura política para promover sus propuesta: La V República.
Como los organismos de seguridad del gobierno y del PLD, que ya se confunden con los del Estado, penetran hasta en los pensamientos de la gente que piensa, de seguro que se dieron cuenta que las aspiraciones politicas de Soto Jiménez no iban a coincidir con los intereses de Leonel Fernández, y ahí fue descartada La V República. Soto Jiménez e Hipólito Mejía limaron sus diferencias, y allanaron el camino para facilitar un eventual reencuentro.
Hatuey ausculta los latidos del corazón del pueblo político, y de personas connotadas, que por su experiencia y conducta social podrían ser determinantes y jugar un rol importante en los acontecimientos por venir. Es notorio que quienes quieren pactar con Hatuey se les nota más apresurados que Hatuey.
Hatuey Decamps Jiménez está en estos momentos calculando matemáticamente las probabilidades de su próximo lance político. La prensa destacó, en una de sus últimas intervenciones, unas palabras que podrían ser tomadas como jactanciosas, pero que proviniendo de Hatuey debían ser bien ponderadas: "...va a ganar seguro el que yo apoye".
Desde entonces, en muchos altares han agregado una imagen de Hatuey Decamps, y todos los días le prenden velones. Es como si Hatuey, remedando al poeta, en sus fueron íntimos exclamara: "El ave canta, aunque la rama cruja/ porque sabe lo que son sus alas".
Hipólito Mejía, un hombre sensato, que ha capeado muchos temporales, conoce mejor que nadie el potencial político de Hatuey Decamps, quien, aunque muchos no lo crean, sigue siendo uno de los líderes más admirados y queridos del Partido Revolucionario Dominicano. La base del PRD es en esencia hatueicista... y esa base aguarda expectante a su líder natural.
Quizás las personas que dentro del PRD están preparando sus alforjas para la campaña del 2016 no quieren el regreso de Hatuey, pues si ocurriera, se convertiría casi por generación espontánea, en el líder del partido, en la persona apta para organizar el TERCER FRENTE, y enfrentarse directamente a Leonel Fernández, para mantenerlo a raya y a la defensiva. De suceder así, Hatuey sería un candidato potencial para el 2016.
Al que más le conviene un gran pacto con Hatuey Decamps es a Hipólito Mejía, por su contenido político y humano; un gran pacto político sería la garantía del triunfo, la restauración del GRAN PRD y la consolidación de los afectos.
La reacción del gobierno para impedir la difusión de los actos de corrupción atribuidos a funcionarios peledeistas, es un indicio de desesperación, y de que, para sacar al PLD del poder, además de votos, podrían hacer falta garras para defender la voluntad popular.
Hay muchos y buenos consejeros, tanto en el PRD como en el PRSD; pero con la experiencia y la sabiduría política que tienen, tanto Hipólito como Hatuey, ellos no necesitan consejeros ni intermediarios para entenderse. Hipólito debe hacer caso omiso a cualquiera que objete las condiciones que eventualmente exija Decamps, pues el sinergismo que imprimiría el PRSD al tramo final de la campaña superaría con creces cualquier sacrifico. Y cuándo finalice el escrutinio, o quizás antes, y comience el pataleo del PLD perdedor en las instancias jurisdiccionales creadas para servir al absolutismo leonelista, la presencia de Hatuey Decamps podría ser un antídoto efectivo en contra de la arbitrariedad y el abuso de poder.