Parece que Danilo Medina quiere agarrar la sartén por el mango, y yo estoy entre los dominicanos que esperan ver algunas cabezas grandes abolladas. Danilo Medina, según es lógico inferir de sus pronunciamientos y acciones, siente predilección por las iniciativas de sus amigos brasileños, el expresidente Ignacio Lula y la Presidenta Dilma Rousseff. Esta última le ha entrado a dos manos a todos los corruptos del gobierno de Lula. Aquí esperamos que suceda lo mismo.
Eso le hará mucho bien la la República Dominicana y al Partido de la Liberación Dominicana. Para los organismos internacionales el gobierno más corrupto, despilfarrador e incapaz de cualquier país latinoamericano durante los últimos diez años, fueron los encabezados por Leonel Fernández Reina.
Por la forma alegre en que Leonel Fernández administraba el dinero del pueblo, ahora hay que volver a negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas medidas siempre perjudican a los más necesitados, pues la disciplina fiscal lo primero que corta o reduce es el gasto de los programas sociales y los subsidios para mitigar las cargas de sectores asociados de alguna manera a la economía.
No hay dinero, y el gobierno necesita dinero... por lo que en algún momento buscará dinero a través de la creación de nuevos impuestos o el incremento de los existentes, entre ellos el impuesto a la transferencia de bienes industrializados (Itebis). Más dinero en manos del gobierno equivale en menos dinero en manos del pueblo consumidor y del sector productivo.
Sobre la reforma fiscal habló un sabio: Pepín Corripio, y cuando se le pidió su opinión manifestó que quienes deben cargar con los gastos son los que disfrutaron la fiesta. Sin duda una forma eufemísticamente "pepinezca" de expresar una verdad de Perogrullo: Leonel administró irresponsablemente los recursos del Estado.
La reforma fiscal debe perseguir los impuestos dejados de pagar por las fortunas acumuladas por funcionarios y empresarios de la construcción asociados a Leonel Fernández; debe indagar sobre el origen de la fortuna depositada por Alberto Cedeño en un banco de Dinamarca, de cuya cuenta se giraron cheques a favor de las fundaciones de Leonel Fernández y Leonel Bautista; debe, en fin, antes de abocarse a incrementar o crear nuevos impuestos, CORREGIR LO QUE ESTUVO MAL HECHO... y obligar a los que disfrutaron la fiesta de corrupción y el despilfarro a pagar las cuentas pendientes.
La reforma fiscal debe perseguir los impuestos dejados de pagar por las fortunas acumuladas por funcionarios y empresarios de la construcción asociados a Leonel Fernández; debe indagar sobre el origen de la fortuna depositada por Alberto Cedeño en un banco de Dinamarca, de cuya cuenta se giraron cheques a favor de las fundaciones de Leonel Fernández y Leonel Bautista; debe, en fin, antes de abocarse a incrementar o crear nuevos impuestos, CORREGIR LO QUE ESTUVO MAL HECHO... y obligar a los que disfrutaron la fiesta de corrupción y el despilfarro a pagar las cuentas pendientes.
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