sábado, 1 de septiembre de 2012

LEONEL " EL LOCO"

La naturaleza ha sido muy generosa con la República Dominicana, y en éstos días se manifestó protectora, desviando la ruta de Isacc, cuyas aguas pusieron al descubierto, una vez vez, la fragilidad de los espacios que ocupan más de cuatro millones de dominicanos.La espantosa miseria que pretenden ocultar las estadísticas y la propaganda oficial se manifiesta crudamente cuando caen las primeras aguas de la cíclica temporada ciclónica: en los mismos lugares, afectando a los mismos damnificadcos, que son beneficiados por las mismas acciones y condenados a soportar las mismas promesas. En las tormentas por venir, en el año próximo y en todos los que sigan mientras la isla se mantenga a flote contemplaremos los mismos escenarios. Nuestros líderes religiosos, políticos y empresariales no tienen ojos para ver las condiciones infrahumanas en que se consumen las familias que viven en condiciones infrahumanas. La tragedia cotidiana que padecen a diario las miles de familias que se hacinan en las márgenes del río Ozama, por sólo citar un caso, ante la indiferencia de todos los gobiernos, de dominicanos ricos y de religiosos políticamente influyentes, ponen en tela de juicio las raíces cristianas de nuestra sociedad y la eficacia de la administración pública. 

Aunque Danilo Medina Sánchez ha encontrado las arcas del Estado  exhaustas,  como él contribuyó al gasto excesivo y abusivo en que incurrió el gobierno de Leonel Fernández para comprarle las elecciones, no puede beneficiarse de ninguna tregua, sobre todo porque no se trata de un gobierno nuevo, sino de la continuación del gobierno del PLD. Por eso, si va a corregir lo que estuvo mal y hacer lo que nunca se ha hecho hecho, tiene que darse prisa y  entrarle a dos manos a los corruptos de su partido que se enriquecieron utilizando la función pública. En los bolsillos de Leonel y su gente está el dinero que necesita el gobierno para comenzar a trabajar.

Su partido, con Leonel Fernández a la cabeza, administró más recursos que  todo el dinero que administraron el conjunto de presidentes de la República desde Pedro Santana hasta Hipólito Mejía.

Lamentablemente, la inversión pública no fue hecha pensando en la gente de abajo, que deber ser la prioridad de todos los gobernantes.

A los presidentes hay que valorarlos ya en función de lo que hagan con el río Ozama y las familias que se consumen en sus orillas, pues es la miseria más ostensible y desgarradora que enfrentamos los dominicanos. El que atraviesa el puente de la 17 y no se conmueve ante la miseria que se advierte en las márgenes del Ozama carece de sensibilidad social. 

Las aguas de Isacc nos lo recuerdan. No muy lejos de donde se inició el Metro, todavía las familias desalojadas esperan por la mano amiga de Leonel Fernández, que  con la  inmensa fortuna que acumuló a su paso por el poder, bien podría convertirse en el filántropo de los pobres dominicanos  y devolverles en asistencia lo que les negó como presidente.

Danilo tendrá, como decimos los dominicanos, que ponerse las pilas, pues ningún ser humano que cobre conciencia de su dignidad se va a mantener imperturbable y dócil, hasta el final de sus días, viendo a sus hijos y familiares viviendo en tan precarias condiciones.  Aceptar con resignación que la miseria abyecta  es una condición inseparable de la marginalidad y la exclusión social, y que hay que cruzarse de brazos hasta llegue al poder un gobierno bueno y honesto, no dominará por siempre el pensamiento de quienes hasta ahora se han dejado hipnotizar por promesas,  y que no han visto mejorar sus condiciones, a pesar de la cacareada eficacia de las políticas sociales encaminadas por los que administran la cosa política. Cuando el dominicano que se consume y padece junto a su prole tan  deplorables condiciones cobre conciencia de su realidad y sea capaz de discernir críticamente sobre las causas de sus miserias,  podría disponer a cambiar su realidad abrazando  la lucha social, y cansado de tantos diálogos infructíferos y las mentiras oficiales, trocar la impotencia individual  en violencia colectiva. En la voluntad política del gobernante de turno está evitar ese desenlace.

Cuando Leonel Fernández llegó al poder prometió implantar una política de austeridad que permitiera disponer de recursos para disminuir la deuda social; habló de elevar la calidad de la educación, renovar las edificaciones escolares y superar el déficit de aulas. No obstante, mientras que el el 2004 teníamos un déficit de 3 mil aulas escolares, Leonel Fernández nos deja con un déficit de 12 mil aulas escolares, y una inversión en educación que no alcanza el 2% del Producto Interno Bruto, a pesar de venderse como un adalid de la educación.  Leonel Fernández engañó al Partido de la Liberación Dominicana y engañó al país. Para salirse con las suyas compró con prebendas, favores y dinero el silencio de periodistas, directores de medios y a connotados líderes religioso.  No se conformó con cuatro reformas fiscales para empobrecer a los dominicanos, sino que en ocho años endeudó el país hasta la coronilla. La deuda pública, externa e interna, deja al Estado sin capacidad para endeudarse y sin capacidad para pagar la deuda. Ahora hay que volver a sacar dinero de los exhaustos bolsillos del pueblo a través de otra reforma fiscal.. 
El que sea capaz de divulgar la palabra y hacerse entender debe comenzar a hablar...no podemos ser indiferentes ante tanta hipocresía y engañifas.   




El inicio del año escolar y las aguas de la tormenta Isacc han puesto de manifiesto una pizca de la herencia que le dejó Leonel Fernández a Danilo Medina: cientos de miles de familias que viven chapoteando en el fango la mayor parte del año, haciendo sus necesidades en  fundas, y arrojando los excrementos en ríos, cañadas y hasta en la vía pública; familias que sobreviven "porque Dios es Grande",  sin trabajo ni oportunidades para ganarse el moro, recibiendo asistencia social que los encadena ideológica y políticamente, y que en el mejor de los casos apenas alcanza para un cartón de huevos, veinte libras de arroz,  un salami, dos libras de azúcar y  una libra de fideos . Familias cuyos vástagos reciben el pan de la enseñanza debajo de un árbol, una enramada o en chozas con el piso de tierra, sin letrina y sin condiciones mínimas para la docencia.




Escuelas en condiciones tan deplorables que no califican ni siquiera para demolerlas, sino para incinerarlas;  escuelas que carecen de material didáctico,  donde los alumnos acuden, acicateados por el hambre, en procura  del desayuno escolar más que por el pan de la enseñanza, ambos de tan poca calidad que tienen a nuestros niños desnutridos física e intelectualmente. Y encima de todo esto tener que aguantar durante ocho años al bribón de  Leonel Fernández autoalabándose,  atribuyéndose a si mismo más capacidades que el resto de todos los dominicanos, y oír a Margarita bautizarlo como el padre de la educación dominicana..

Los trillones de pesos que administró Leonel Fernández representan  una cifra tan  cuantiosa y extravagante que la mente humana no acierta a comprender. Y a pesar de esa colosal disposición de recursos, el hombre deja al país desguarnecido, débil e impotente. Vendrá después , en el 2016, como el mesías, atribuyéndose logros o echándole la culpa a los dominicanos por no haber sabido preservar  los progresos de Era de Leonel Fernández. De otro serán la miseria que se acuna en cañadas, pretiles y en las orillas de los ríos. De otro serán las culpas de nuestras miserias... porque el, Leonel Fernández  contribuyó a erradicar la miseria, dotó de techo propio a los indigentes, construyó palacios escolares, brindó el desayuno más nutritivo que se reparte en las escuelas del orbe,  rescató el río Ozama, y elevó la calidad de la educación pública, dotando a la universidad del Estado de una Torre para oficinas administrativas y un parque monumental... y a los estudiantes pobres de la escuela primaria, sobre todo a los que viven y asisten  a escuelitas de zonas marginadas, !que se los lleve el diablo!

Una magnífica torre... un monumental parqueo, que fueron concebidos al inicio de su gobierno (2004), para ser construidos bajo la supervisión de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, dirigida por el senador Felix Bautista, dentro de las obras que se "financiarían" con el dinero obtenido a través de la Sund Land, pero que realmente se pagaron, desde sus inicios, con dinero del presupuesto nacional. Por esas prioridades y esos negocios inconstitucionales y subrepticios, Leonel Fernandez tiene que ser enjuiciado por prevaricación... y si cree que retornará al poder...debe estar loco.

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