jueves, 16 de enero de 2014

!VAINAS... DEL PAÍS DEL COÑO¡

El cuerpo de Claudio Nasco, un comunicador agradable de origen cubano, en cuyo cadáver dicen que se  contaron cuarenta puñaladas, luego de su entierro sigue siendo motivo de conjeturas y agrias disidencias. La última enfrenta al reconocido médico patólogo, graduado en la Rusia soviética, Sarita Valdez, y  a la Fiscal del Distrito Nacional, Berenice Reynoso, funcionaria responsable de dirigir la investigación de los crímenes y delitos en el Distrito Nacional, jurisdicción que corresponde a Santo Domingo, la ciudad capital de la República Dominicana.

Hasta ahora, el doctor Sarita Valdez es considerado como una autoridad confiable en su materia, y cualquier muerto se sentiría agradecido de que éste patólogo investigue y certifique la causa de su muerte. Por su parte, la abogada Berenice Reynoso intenta servir su cargo braceando con una mano , en aguas procelosas, y con la otra mano cargando  la ropa ... para que no se moje en exceso...
 
El asunto es de los que seducen al morbo popular, no sólo porque la víctima era una figura icónica en los medios de comunicación, o por que hay sexo de por medio, sino porque las malas lenguas, hasta ahora sin indicios alentadores, infieren que detrás de la muerte del comunicador podría haber un pez grande... vinculado al poder político.
 
Claudio NascoResulta que el médico patólogo  Sarita Valdez, reconocido aquí y fuera de aquí como una autoridad en la materia, afirma que Claudio Nasco , antes de ser asesinado, sostuvo relaciones sexuales, y que fue penetrado analmente por un objeto que dejo rastros de su producción... Inferimos que la producción fue semen, y si es así, no fue penetrado por un salami sino por un pene.
 
 
La representante del Ministerio Público, el órgano con atribuciones para investigar y perseguir a los autores  y cómplices de la comisión de ilícitos penales, que en la especie es un ASESINATO, el más execrable de los crímenes, descalifica al connotado patólogo, y sostiene se trató de un homicidio seguido de robo, y que los peritos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, dependencia de la  Procuraduría General de la República  encargada de las experticias forenses, no encontraron hallazgos  compatibles con actividad sexual. Como la  víctima  era un gay "aguantador", inferimos que  la representante del Ministerio Público recibió del Inacif la información de que el periodista no presentaba escoriaciones en el ano o que se recogieran residuos de semen.
 
El patólogo Sarita Valdez afirma lo contrario, y obviamente ambos no pueden tener razón. ¿Quién dice la verdad?
 
El doctor Sarita Valdez es un médico patólogo  a quien todos los dominicanos le reconocen probidad en el ejercicio de sus funciones, y en la especie, estuvo presente y manoseó el cadáver, o sea que su información corresponde a lo que él, in situ y en persona,  constató en el cuerpo de Claudio Nasco. Sarita no le sirve a nadie en particular, y por ende no deriva beneficios de acreditar lo que no es. Él simplemente recoge lo que "dice" el cadáver, y se detiene ahí, pues realiza su trabajo con rigor científico, y deja las especulaciones a los que sirven otras disciplinas.
 
Como la res pública  tiene dueños, y los poderes, órganos y dependencias sirven a los dueños desde antes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hacerse de la administración del Estado y todos sus recursos,  el asunto está llamado a diluirse entre la multiplicidad de chismes cotidianos que seducen la atención de los dominicanos, incluyendo avispados y alienados, y el próximo lunes otros asuntos serán primera página.
Hemos vivido así desde que los amigos de Trujillo decidieron acribillarlo; pero, convendría a los que tienen dos dedos de frente, e hijos que aman y por los cuales trabajan, no dejar pasar la oportunidad para reclamar una objetiva, exhaustiva, imparcial y transparente investigación. Detrás de todos los crímenes de sangre que han quedado impunes en los últimos 20 años, hay miles de asesinos en libertad protegidos por quienes tienen más poder que el Presidente de la República, y que al fin y al cabo son los que deciden a quien matar si no les conviene.
 
Las diferencias entre el patólogo Sarita Valdez y la fiscal Berenice Reynoso no es para dilucidarla en los periódicos.
 
¿Tuvo Claudio relaciones sexuales antes de su muerte?
 
¿Por qué Sarita Valdez dice que sí, mientras que la fiscal dice que no?
 
Si Sarita Valdez está en lo cierto, y al realizarse una prueba de ADN al semen encontrado en el cuerpo de Claudio Nasco, resulta que no es compatible con el ADN de los autores materiales del asesinato,  es lógico presumir que en la escena del crimen hubo alguien más, y que el asesinato de Claudio tendría connotaciones pasionales.
 
El cuerpo de Claudio Nasco fue perforado, según los informes, por cuarenta estocadas; es como si lo hubieran asesinado muchas veces, y no es lo común en los crímenes cuyo móvil es un simple el robo. 
 
 
Berenice Reynoso descalifica a Sarita y tiene plena fe en los hallazgos del Inacif, pero el autor de este aporte, por razones personales, tiene motivos para no confiar ciegamente en los peritos de esa dependencia  del ministerio público, pues  en un experticio de firmas  favorable a una esposa común en bienes  en una demanda de partición, que resultó favorable a la esposa, por un interesado perito fue sometido a nuevo "escrutinio"  con resultados adversos. Cosas así minan la fe en el sistema... y nos hacen dudar  de que el mañana será diferente.
 
Los dominicanos que todavía resistimos a la tentación de darnos por vencido y gritar ¡SÁLVESE EL QUE PUEDA!, y que quizás ingenuamente creemos en la posibilidad de la regeneración moral y ética de los que controlan los recursos del Estado, debemos aprovechar la sangre de Claudio Nasco para reclamar al Ministerio Público que asuma su deber de servir objetiva e imparcialmente a la sociedad dominicana... !Sin injusticias y sin privilegios!



 
 
 
 
 
 

 

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