Sobeida Morel se entregó a las autoridades de Puerto Rico en el mes de julio del año 2010. Los generales Guzmán Fermín, a la sazón Jefe de la Policía Nacional, y Rosado Mateo, Director de la DNCD viajaron a la isla y estuvieron presentes en la entrega.
Desde esa fecha las autoridades del ministerio público dominicano se enfrascaron en negociaciones con Sobeida, y aparentemente las informaciones que ofreció para aliviar su suerte y recibir un condena benigna no dieron frutos, o por lo menos a los que debían investigar sus revelaciones no les interesó profundizar las investigaciones, pues al final los que fueron condenados fueron los mismos encartados desde un principio como lavadores de la red urdida por Figueroa Agosto.
El Ministerio Público dominicano fue muy diligente para dar a conocer "el golpe de Estado" tramado por Pepe Goico en contra del Presidente Martelly, pero no lo fue tanto para investigar la red de narcotráfico tejida en torno a la Torre Atiemar.
Esa conducta da pábulo a muchas elucubraciones, nada favorables para el órgano encargado de investigar y perseguir los crímenes y delitos. Tal parece que suele actuar como un Comisariato Político al servicio de una causa partidaria.
¿Por qué si Sobeida atribuyó a generales un estrecho vínculo con Figueroa Agosto no cayó ninguno?
Ahora que el "negocio" con la fiscalia está a punto de dar al traste con sus aspiraciones de salir en libertad, se "filtra", como traído por los greñas, el nombre de Miguel Vargas.
Tal parece que las negociaciones con Sobeida tenían como finalidad que inculpara a Vargas, que en ese momento se perfilaba como el candidato del PRD.
No hay dudas que la mente macabra de la inteligencia peledista, a cuyo servicio está y estuvo el ministerio público, no merece crédito ni la confianza de la ciudadanía.
Bien harían los perredeistas en no hacerle el juego a la inteligencia peledeista, pues el propósito de toda esa alharaca sin fundamento es desviar la atención y el interés del pueblo de lo que deben ser sus dos prioridades: la persecución y enjuiciamiento de Leonel Fernández y su pandilla y la renegociación del contrato con la Barry Gold.
Mientras el PLD esté en el poder la persecución criminal será selectiva, con connotaciones políticas, pues la iglesia está en manos de Lutero.
Tal parece que las negociaciones con Sobeida tenían como finalidad que inculpara a Vargas, que en ese momento se perfilaba como el candidato del PRD.
No hay dudas que la mente macabra de la inteligencia peledista, a cuyo servicio está y estuvo el ministerio público, no merece crédito ni la confianza de la ciudadanía.
Bien harían los perredeistas en no hacerle el juego a la inteligencia peledeista, pues el propósito de toda esa alharaca sin fundamento es desviar la atención y el interés del pueblo de lo que deben ser sus dos prioridades: la persecución y enjuiciamiento de Leonel Fernández y su pandilla y la renegociación del contrato con la Barry Gold.
Mientras el PLD esté en el poder la persecución criminal será selectiva, con connotaciones políticas, pues la iglesia está en manos de Lutero.
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