El Partido Leonelista Danilista
(PLD) concluyó su VII Congreso, en el cual incrementaron las matrículas de
sus dos principales órganos de dirección: El Comité Central y la Comisión
Política. El poderoso presidente del PLD, Leonel Fernández, se tiró a la calle, empleándose a fondo en la
promoción de sus candidatos, entre ellos su delfín y socio, Félix Bautista,
quien estuvo a su lado cuando rugió en Puerto Plata, desafiante, anunciado que
ya el león estaba en la arena.
Los analistas daban como un hecho
la elección de Félix Bautista, actual Secretario de Organización del PLD, quien
además de contar con el apoyo del presidente del partido tenía a su favor su
propio trabajo, intenso y decisivo en las victorias electorales de su
organización.
Todos los integrantes del Comité Central que siguen las
orientaciones de Leonel Fernández
sufragaron a favor del ingeniero Félix Bautista , y todos los que siguen a
Danilo Medina votaron a favor de los danilistas. Félix apenas obtuvo los 222
votos de Leonel Fernández, mientras que los candidatos danilistas
triunfadores sobrepasaron los 390
sufragios. Uno de ellos obtuvo 398
votos. Leonel Fernández, con el rostro demudado por la incomodidad que le causó
la inesperada y apabullante derrota, asumió con aparente estoicismo la dura
realidad, o por lo menos guardó las apariencias para no discordar con la
trascendencia del evento. Juramentó y felicitó a los ganadores.
Días antes, en una reunión de la
Comisión Política, Leonel Fernández, astutamente, propuso la elaboración de una
plancha común para ser sometida a la consideración del Comité Central; pero,
Danilo, conocedor como nadie de la correlación de fuerzas a lo interno del partido,
a sabiendas que contaba con una aplastante mayoría en el Comité Central, le
llevó la contraria.
Era la segunda derrota que le
infligía a Fernández su parsimonioso adversario; la primera se la produjo en la
base del partido, cuya militancia, semanas antes, había barrido a nivel
nacional con los candidatos leonelistas. La tercera derrota, en el Comité
Central, le puso la tapa al pomo… y provocó que Leonel Fernández perdiera los
estribos y tronara, en un artículo que destila veneno, en contra de los seudo
liderazgos políticos, efímeros como llamaradas de tuzas, que se apoyan en
papelitos y prebendas. El común de los ciudadanos interpretó los sollozos del ex presidente Fernández, como
una velada alusión al uso de los recursos públicos en contra de sus seguidores.
Los dardos no
podían tener otro blanco que no fuera
Danilo Medina, pues los gritos desaforados y estridentes de leonelistas que mordieron el polvo de la
derrota atribuían la misma al uso abusivo de los recursos del Estado por parte
de los seguidores del Presidente de la República. El robo de urnas, el trastrueque
de listados y la compra de votos fueron algunas de las anomalías denunciadas
por los derrotados. No faltaron muertos y heridos.
La realidad es que del partido pacientemente educado por el profesor Juan
Bosch apenas queda el nombre, pues sus principios y su mística paulatinamente
se diluyeron tan pronto sus dirigentes saborearon
las mieles del poder, y aunque sus principales dirigentes proclaman que en el
PLD nadie ganó ni perdió, la percepción del público, incluyendo los
peledeistas, es que la mayoría prefiere a Danilo Medina,y si sus
correligionarios lo prefieren porque lo perciben como el nuevo patrón de la
clientela política, simplemente es el resultado de la degradación política
patrocinada por Leonel Fernández, quien no vaciló en el uso masivo de los
recursos del Estado para mantenerse en el poder, y hasta para aplastar el
desafío que le planteó Danilo Medina, a quien calificó como un serruchador de
palos, en el 2004.
La egolatría de Leonel Fernández
no resistió los triunfos de Danilo Medina, quien reaccionó al sorpresivo y
artero ataque del ex presidente Fernández recordándole, sutilmente, lo
improductiva y decepcionante que resultó su gestión de gobierno debido al incumplimiento de sus promesas.
Danilo le acaba de manifestar, y
es su respuesta a las insinuaciones de
Leonel, el presidente del PLD, que no le interesa ser líder y que no piensa en
un segundo período. No obstante, resulta muy cuesta arriba, por ilógico, no asociar
el control y dominio de los órganos del partido a la concreción de un proyecto
político ambicioso, que para crecer y consolidarse, primeramente tiene que
arrinconar a Leonel Fernández.
La estrategia de Danilo Medina,
fríamente calculada, le está produciendo los frutos esperados; El omnipotente
liderazgo que ejercía Leonel Fernández
en todas las estructuras y niveles del Partido de la Liberación Dominicana ha
salido maltrecho de las primeras escaramuzas, y el rugido del león ya no
asusta a nadie. Danilo Medina tiene al león agarrado por el rabo, y Leonel es
demasiado sagaz e intuitivo para no darse cuenta que carece de fuerza para
vencer el poder del Estado, y que su adversario, un zorro vestido de oveja,
tiene la sartén por el mango, y la usará para golpearlo cada vez que sea
necesario . El enfrentamiento Danilo-Leonel es irreversible,
pues es lo que suele suceder cada vez que en una organización política coexisten dos
fuerzas antagónicas poderosas . El enfrentamiento abierto entre Danilo y Leonel es asunto de tiempo, y la oposición debe
prepararse para cuando ocurra la hecatombe peledeista.
Así las cosas, no es del todo descabellado aventurar que el
PRD de Miguel Vargas, secuestrado para tales fines, sirva de refugio a la fiera
herida, y que Leonel Fernández en las próximas elecciones per$uada y
conforme la mutual Fernández-Vargas,
para culminar su extraordinaria carrera política como candidato presidencial
del PRD y, como decimos en esta tierra, reírse con las muelas de atrás.
Tampoco resultaría extraño que el
PLD post Leonel pacte con las fuerzas
políticas que se organicen en La Convergencia, pues la única inferencia lógica
derivada de los resultados del congreso del PLD es que Danilo Medina ha acumulado fuerzas para
domesticar al león, y no le dará chance para levantar cabeza.
El momento es único, irrepetible y subyugante. Vivirlo
es un privilegio, y hay que seguir las peripecias con atención; la olla
política está hirviendo, repleta de
ingredientes veleidosos… y cualquier cosa puede suceder. Como la juventud es
nervio, pimienta y levadura, haría bien en sentirse convocada y echar sus ingredientes en la paila,
pues su futuro se está cociendo en esa olla, y su participación hace falta para
que el guiso quede a punto.
Mientras tanto, aplaudamos los avances del Presidente Danilo Medina, pues sus triunfos son un avance para desarticular la estructura criminal que sirvió a Leonel Fernández para saquear al Estado Dominicano.
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