jueves, 16 de agosto de 2012

DANILO Y LA CORRUPCIÓN DE LEONEL FERNANDEZ

El presidente Lula abandonó el poder en la cima de su popularidad, y en su gobierno Brasil logró avances significativos en todos los órdenes, excepto en la lucha contra la corrupción. Más de cuarenta millones de brasileños salieron de la pobreza y Brasil se convirtió, por primera vez, en acreedor del Fondo Monetario Internacional, organismo al que prestó 20 mil millones de dólares para que a su vez  prestara a países de economías frágiles como lo es República Dominicana.

El presidente Lula Da Silva brindó su apoyo militante a Dilma Rousseff y la convirtió en presidenta del poderoso Brasil. El afecto del ex presidente Lula hacia Dilma es casi paternal, y entre ellos hay una comunicación permanente.

Sin embargo, ese estrecho vínculo que supera lo meramente político, no ha impedido que Dilma le haya entrado a dos manos a los funcionarios corruptos que se enriquecieron durante el gobierno de Lula.

Dilma Rousseff es una abanderada de la lucha radical y pro activa en contra de la corrupción administrativa, y lo hace preventivamente, pues tan pronto la prensa brasileña o periodistas independientes atribuyen a alguno de sus funcionarios algún acto de corrupción, el funcionario es suspendido de sus funciones ipso facto. Once de sus funcionarios han corrido esa suerte, y a los corruptos del gobierno de Lula, sus compañeros de partido, los persigue activamente. No importa que sean civiles o militares de alto rango, Dilma no tiene contemplaciones con los que se enriquecieron ilícitamente aprovechando la función pública . Actualmente en Brasil se está llevando a cabo el proceso más importante de su historia en la lucha contra la corrupción.


Dilma está procesando a sus amigos y amigos de Lula, y si acaso tuviera que procesar a Lula no vacilaría en hacerlo, pues es una mujer de principios.

En Brasil no se amaga, como se hace en República Dominicana, y tampoco hay corruptos favoritos.

El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio del gobierno de Dilma,  fue separado de su cargo por supuestos actos de corrupción que cometió cuando era alcalde de la ciudad de Belo Horizonte. Los hechos atribuidos al ministro se remontan al periodo comprendido entre el 2002 y 2009 y se refieren a obras publicas contratadas de grado a grado, sin la debida licitación, un tipo de delito habitual en los gobiernos de  Leonel Fernández.

En nuestro país el festival de obras entregadas por Leonel Fernández de grado a grado, en violación a la ley, fue el mecanismo de corrupción preferido, y la proliferación de obras sobrevaluadas le costó al pueblo dominicano  cientos de miles de millones pesos.

De la rampante megacorrupción que caracterizó los ocho años de gobierno de Leonel Fernánndez se hicieron eco todos los organismos internacionales que velan por la transparencia en la administración de fondos públicos. Para el Foro Económico Mundial la corrupción es el principal problema que tiene que enfrentar el presidente Danilo Medina.

Danilo tiene que demostrar desde el principio de su administración que llegó al poder para devolverle a los dominicanos la credibilidad y la confianza en el Estado, y si quiere a sus amigos Lula y Dilma de visita en Santo Domingo tiene que demostrar con hechos que su identificación con ellos no es mera retórica.

Ya es el Presidente de la República, y su única alternativa es ACTUAR contra la corrupción de Leonel Fernández, y para evitar la corrupción en su gobierno tiene que imitar a su amiga Dilma: Funcionario que se mencione vinculado a cualquier acto de corrupción, funcionario que se va para su casa. Ese es el mensaje que espera con ansiedad y necesita con urgencia la sociedad dominicana.

 Danilo Medina, antes, durante y después de la campaña electoral, visitó y se identificó con las iniciativas de la presidenta Dilma Rousseff.  Ahora tiene que demostrarle a Dilma que es un hombre de palabra...un amigo en quien se puede confiar. Intuimos que Dilma no vino al país para no tenerse que juntar con Leonel Fernández, pues el ex presidente dominicano no es bien visto por los gobernantes latinoamericanos que actúan con transparencia y honestidad.

Al primero que tiene que perseguir Danilo Medina es a Leonel Fernández, y hay tanta tela por donde cortar que sobrarían pruebas para inhabilitarlo por el resto de su vida. 

Llegó el momento de hacer lo que nunca se ha hecho en la República Dominicana.



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